Un caso perfecto para los hermanos Winchester

Existe toda una leyenda tras el nombre de Robert Johnson, el "mejor blusero de la historia" considerado, por muchos, como el abuelo del rock n' roll. Ifluencia enorme y aceptada de propia boca por gente como: Muddy Waters, Keith Richards, Bob Dylan, Cream, Led Zeppelin, Eric Clapton, Hendrix, Jeff Beck, Jack White, entre muchísimos otros.

La leyenda comienza con sus orígenes, un negro campesino del viejo Mississippi rural que deseaba fervientemente convertirse en músico de blues y le pasaron el tip de irse al cruce de caminos a la salida del pueblo a la media noche para pedir el deseo a un hombre alto, negro (el diablo)...hizo lo indicado y se lo topó, este le arrebató la guitarra y se la "afinó" dandole maestría en el uso de la misma, devolviéndosela solo a cambio de su alma. Durante los siguientes 10 años Johnson fué capaz de crear, cantar, escribir y tocar la mejor música blues que jamás se hubiera escuchado, todo a cambio de su alma inmortal.

Claro que las historias van tomando nuevos tintes mientras pasan de boca en boca, no quiero pensar cuanto se le ha agregado a una historia que data de 1938, sin embargo existen varias "pistas", o al menos eso afriman los seguidores de los sobrenatural, de que el pacto satánico efectivamente sucedió: Tomar en consideración los títulos de algunas de sus canciones: "Cross Road Blues", "Hellhound on my trail", "Me and the Devil blues"; su muerte también tiene varias versiones, la que los apasionados de la leyenda consideran real es que se le encontró tirado en el piso, agitado, sangrando y hablando incoherencias sobre unos perros que no le dejaban en paz, que se los quitaran de encima, que los alejaran por favor! hasta que terminó hogado en su propia sangre. La menos impresionante, pero no por eso tradicional, es que fué en una disputa con el dueño de un bar donde tocaba y de cuya esposa se había vuelto amante, aquí vuelven a separarse las versiones, lo balearon, lo envenenaron, lo mataron a golpes, en fin...

Esto incluso ya fué tocado en Supernatural (por eso dije lo de los Winchester), sin embargo no es lo que me inspira a escribir estas líneas, mas bien me voy por su edad, sí, su edad, Robert Johnson nació en en 1911...murió en 1938...tenía 27 años...¿has escuchado del "Forever 27 club"?, una larga lista de artistas, grandes artistas que han muerto a esta edad, todos de modo trágico; los que normalmente se incluyen son: Brian Jones (guitarrista y fundador de los Rolling Stones, ahogado en una alberca), Jimi Hendrix (guitarrista virtuoso el mejor del mundo, ahogado en su propio vómito por sobredósis de pastillas para dormir), Janis Joplin (la mejor vocal femenina del mundo del rock n' roll, sobredosis de heroína y alcohol), Jim Morrison (poeta y vocalista de The Doors, falla cardiaca...por sobredosis de drogas), Kurt Cobain (vocalista, guitarrista y líder de Nirvana, aunque mucho se especula sobre su muerte, la sentencia oficial es auto disparo de escopeta a la cabeza).

Pero existen muchos otros, el mencionado ya a detalle Robert Johnson, Alan Wilson (vocalista de Canned Heat, sobredosis de barbitúricos), Les Harvey (Guitarrista de Stone the Crows, electrocutado por un micrófono), Ron McKernan (tecladista de Grateful Dead, hemorragia gastrointestinal), Dave Alexander (Bajista de The Stooges, edema pulmonar), Peter Ham (Tecladista y guitarrista de Badfinger, ahorcado), Pete de Freitas (Baterista de Echo & The Bunnymen, accidente en motocicleta de regreso a casa después de filmar un videoclip), Kristen Pfaff (Bajista de Hole, sobredosis de heroína), Jeremy Michael Ward (The Mars Volta, sobredosis de heroína), y la lista continúa.

¿Tendrá todo esto una relación? jovenes talentosos, millonarios de la noche a la mañana, muertes repentinas, escabrosas, todos a los 27 años de edad, yo no se qué pensar, incluso en una letra de The Doors Jim decía en The Soft Parade: "You gotta meet me at the crossroads, you gotta met me at the edge of town"...era un supuesto reto al alguacil que lo había encerrado hace no mucho pero ahora yo le veo completamente otra cara.